Hay mucho que se pudiera decir de la ascensión de nuestro Señor Jesucristo. Lamentablemente, en los círculos protestantes no mucho se dice. Nos enfocamos tanto en el nacimiento, la muerte, y la resurrección de Jesús, que se nos olvida que sin la ascensión la obra de Jesús no hubiese sido completa. Y aunque las fiestas arriba mencionadas son sumamente importante, Jesús no vino para estar físicamente presente en la tierra por siempre. Después de treinta y tres años, todo fue consumado. La obra salvífica de Jesús de Nazaret a beneficio del hombre encontró su perfecta conclusión. Por lo tanto, Jesús tenia que ascender. Jesús tenia que retornar al Padre que tan costosamente le envío para que “todo aquel que en el crea no se pierda mas tenga vida eternal” (Juan 3:16)
Ahora pues, ¿Qué es lo glorioso de la ascensión? Solo quiero presentarte tres puntos breves para que reflexiones. La ascensión permitió la venida del Espíritu Santo. Jesús mismo dijo que esto era necesario. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré” (Juan 16:7). Jesús, por su restricción física estaba limitado a un lugar, a manifestarse de una manera, y a una persona a la vez. Pero a través de Su Espíritu ahora Jesús esta presente en todo lugar y en toda persona que es habitada por Su Espíritu. ¿No es esto glorioso? La ascensión llevo a Jesús a la diestra de Dios donde es nuestro Mediador y Sustentador. Jesús no solo murió en una cruz y se levanto de la tumba. Jesús abroga por nosotros. Jesús intercede por nosotros. Jesús ora por nosotros. Jesús es el líder de nuestra adoración frente a Dios Padre. Y todo es posible porque esta sentado en Su trono a la diestra del Padre. ¿No es esto glorioso? La ascensión nos da esperanza. Mientras los discípulos miraban al cielo dos ángeles se les aparecen y les dicen que, “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hec 1:10-11). Ellos afirmaron que la partida de Jesús era temporera. Después del tiempo determinado por Dios, Jesús vendrá y Su obra será totalmente consumada cuando la novia ataviada y pura le será presentada. Y Dios “enjugará toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apo 21:4). ¿No es esto glorioso? Hay mucho mas que pudiéramos decir de la ascensión. Pero el hecho de que por ella el Espíritu vino, Jesús intercede, y vivimos en la esperanza de la venida de nuestro Bendito Señor es demasiado glorioso para mi. Y le oro a Dios lo sea para ti. Podríamos pensar que en su encuentro con Pedro al lado del mar de Tiberias después de su resurrección, Jesús hubiera demandado de Pedro fidelidad, compromiso, buenas obras, u otro tipo de acto que dejara claro que el pecado de negar a Jesús había quedado en el pasado. Sin embargo, lo que Jesús hizo fue preguntarle a Pedro tres veces si le amaba. Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas mas que estos? ¿Me amas? ¿Me amas? (Juan 21:15, 16, 17). Pedro, el que había llorado amargamente la noche que negó a su Maestro (Mateo 26:75), tres veces le dice a Jesús, “Tu sabes que te amo.”
Seria el amor a Jesús lo que guiaría a Pedro en su ministerio; ministerio donde apacentaría corderos, pastorearía ovejas, y apacentaría ovejas del rebaño de Jesús (Juan 21:15, 16, 17). Seria el amor a Jesús lo que llevaría a Pedro a ser ceñido por otros y por lo cual extendería sus manos en martirio (Juan 21:16). Y seria amor la principal razón por la cual Pedro tenia que seguir a Jesús sin importar lo que suceda con otros. Era amor, amor por Jesús. Era amor, amor por Aquel que se dio en una cruz así demostrando tan perfecto amor. Era amor, amor por el Mesías que vino y recató al miserable pecador de su tragedia infernal. “En esto hemos conocido el amor, en que el puso su vida por nosotros” (1 Juan 3:16). El amor a Jesús es lo que separa al Cristiano de aquellos que no conocen la gracia de Dios. Es el amor a Jesús lo que distingue al discípulo de los curiosos que atienden nuestras iglesias. Es el amor a Jesús lo que nos motiva a marchar en caminos de sumisión, santidad y servicio. Se trata del bendito amor. ¿Amas a Jesús? Mi oración es que sea así, porque el verdadero discípulo ama a Jesús. Dios te bendiga con su amor. |
Romanos 12:2
"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta." Archivos
July 2021
Categorias
All
|